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Abejas y humanos, un mismo destino.

“Las abejas suben al cielo y bajan gotas de miel para los humanos.”
Cosmovisión Maya.

Las abejas y los humanos han compartido un destino entrelazado a lo largo de la historia. Consideradas sagradas por las antiguas civilizaciones, como los mayas, se las ha venerado como guardianas del equilibrio cósmico. Su importancia trasciende lo meramente espiritual; estas pequeñas criaturas desempeñan un papel fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas. Por ejemplo, los mayas antiguos las consideraban seres sagrados que debían ser protegidos y cuidados para mantener el equilibrio del cosmos.

En el plano biológico, las abejas, también llamadas antófilos por su amor por las flores, forman parte vital de la vida en la Tierra. Con más de 20 mil especies distribuidas en todo el mundo, excepto la Antártida, estas incansables trabajadoras son esenciales para la polinización de una amplia variedad de plantas con flores, incluyendo muchas de las que sustentan nuestra alimentación. La abeja doméstica es la más conocida de todas, organizándose en enjambres liderados por una reina, obreras y zánganos.

Además de su importancia ecológica, las abejas son fundamentales para la agricultura. Se estima que una tercera parte de los alimentos humanos dependen de la polinización realizada por estos insectos. Sin embargo, enfrentan numerosas amenazas que ponen en peligro su supervivencia. Desde la pérdida de hábitat debido a la expansión urbana y la deforestación hasta el uso excesivo de pesticidas y la contaminación atmosférica, las abejas se enfrentan a un sinfín de desafíos en el mundo moderno.

Esta situación alarmante ha llevado a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a declarar el 20 de mayo como el Día Mundial de la Abeja, con el objetivo de concienciar sobre la importancia de proteger a estos polinizadores y sus entornos. A nivel mundial, se están implementando medidas para salvaguardar a las abejas, como la prohibición parcial de ciertos insecticidas nocivos en la Unión Europea.

En el caso de México, país con una rica tradición apícola, se han establecido lineamientos e instrumentos para el cuidado de las abejas a través de la Estrategia Nacional para la Conservación y Uso Sustentable de los Polinizadores. Sin embargo, el cuidado de las abejas es una responsabilidad compartida que requiere la colaboración de gobiernos, organizaciones, sociedad civil y ciudadanos individuales.

El cuidado de las abejas es crucial no sólo para preservar la biodiversidad, sino también para garantizar nuestra propia seguridad alimentaria. Si no tomamos medidas para protegerlas, podríamos enfrentar un destino compartido con ellas, con consecuencias devastadoras para la salud de nuestros ecosistemas y nuestra propia supervivencia.

Por: Cristóbal C. Carrión  H.

Maestro en ciencias y biólogo.
Divulgador de la ciencia, escritor y ex director del Planetario Sayab.
Capacitador, gestor y auditor ambiental.
Un apasionado del conocimiento y de su exploración.
cristo_zoe@hotmail.com

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